sábado, 24 de agosto de 2013

De una persona a otra.

Querido tú;

Te hablo yo, alguien como tú; un humano. Un humano con las mismas necesidades que tú, un humano como todos los demás que viven en este planeta, junto a diferentes especies de animales. Especies de animales que por culpa de humanos como tú y como yo, serán utilizados para ser comida, para criar y luego asesinar, o simplemente, quitarles la vida, sin ninguna razón lógica. Pero, realmente, no vengo a hablar sobre las torturas que el ser humano ha hecho, sigue y seguirá haciendo a los animales.

Quiero hablarte sobre un tema no muy distinto.

Me gustaría, que por un momento, lo olvidases todo. Olvidases todo lo que estás haciendo, todas tus preocupaciones... absolutamente todo. Quiero que imagines una nueva vida, como si hubieses vuelto a nacer.

Imagínate yendo al instituto. Un día, te das cuenta de que sientes algo por una persona. Y eso te hace sentir muy mal, porque piensas que no está bien. ¿Imaginas cómo debe ser tratar de ocultarte tus sentimientos a ti mismo? Duro, ¿no? Ver que te gusta alguien, y que posiblemente esa persona vaya a reírse de ti... No es agradable. 

Siendo adolescente, la masturbación es algo bastante normal. ¿Imaginas sentirte tan mal al masturbarte pensando en esa persona, o en otra que a ti te agrade físicamente, que al acabar de hacerlo echarte a llorar? ¿O comerte la cabeza y no poder dormir por sentirte mal? 
Pero... Imagina que a esa persona le gustas, imagina que quiere salir contigo.  Tú serías muy feliz con esa persona. Pero no se lo dirías a nadie. No lo harías por miedo. ¿Imaginas cómo debe ser amar a alguien y que nadie pueda saberlo por miedo las críticas, a las risas, a los abusos...? Ponte en el lugar, en serio, hazlo. Amar a alguien y odiarte por hacerlo. Odiarte porque los demás digan que es lo que deben hacer.

Después de imaginar lo difícil que tendría que ser el callar, el ocultar, y demás juegos, quiero que imagines cómo te sentirías si alguien se enterase. Más o menos, te sentirías avergonzado, sentirías miedo a las risas, las bromas, los insultos y demás cosas dolorosas. Sentirías miedo al ir al instituto. Incluso, sentirías miedo al ver a la persona a la que amas, por si pasase algo (o alguien, más bien). 

Vaya, todo eso parece bastante duro, ¿no? Debe ser muy... no sé, difícil ser feliz. Pero, además de esto, ¿imaginas cómo sería que recibieses una paliza en el instituto, o fuera de él? Tal vez por ir de la mano con esa persona, por besarle, por sonreírle..
¿Crees que tú mereces eso? Yo creo que no. No creo que alguien merezca sentirse tan tan tan mal. Algo realmente malo tendría que haber hecho alguien para merecer sentirse así, solo, marginado, desplazado, hundido, humillado, avergonzado... ¿Y todo por qué? Por amar.

Querido tú; si de verdad te has puesto en la piel de una persona que ha vivido eso, si de verdad lo imaginas... No sé a qué esperas a reaccionar. Si es por tu religión, o por lo que sea, no es una escusa. ¿Qué piensas de que haya gente que se quite la vida? ¿Y de que hayan padres que echen a sus hijos de casa? Te repito: por amar.

Querido tú; te hablo yo, una persona que se siente atraída por ambos sexos, una persona capaz de amar a otra sin darle importancia a su aparato reproductor. Yo, he tenido la gran suerte de que jamás me han amenazado por lo que soy, jamás me han puesto un dedo encima por ello, mis padres me han aceptado, y aunque he sufrido bromas, aunque me he sentido mal y he sentido vergüenza  por algo tan normal como el amor y la atracción, me duele mucho ver cómo hoy en día está el mundo.

Te he escrito para que olvides tu religión, o tu asco... ¿asco por qué? Pero cada uno es como es, es cierto, así qué, si te dan asco, ¿por qué no miras hacia otro lado? Realmente me gustaría que te pusieras en la piel de una persona homosexual, bisexual o transexual. Tal vez deberías imaginar cómo sería, que a ti te obligasen a amar a alguien de tu mismo sexo, sin hacerlo. Eso es lo que no es normal. Lo que es de enfermos; obligar a alguien a amar algo que no aman, olvidando lo que sí. 

Querido tú, ojalá encuentres el punto en común, entre un homosexual y tú. ¿Realmente crees que alguien merece sentirse tan mal por amar? Creo que todo el mundo sabe todo lo que está pasando con las personas homosexuales por todo el mundo.

De una persona, a otra.

lunes, 19 de agosto de 2013

Me encerré en una muralla invisible que yo misma había construido en mi mente para poder protegerme. Porque... de eso sirven las murallas, ¿no? De defensa. Y es cierto que ya estaba rota, y es cierto que las anteriores murallas habían sido derribadas, pero ya no podía más con este dolor, ya no podía seguir luchando. Me vi a oscuras, me vi con magulladuras, sentí esas heridas dentro de mi, en un cosquilleo muy amargo... Y ya no pude más, y de qué seguir luchando.
Tal vez fui yo la culpable, tal vez no debí bajar la guardia y tal vez debí seguir adelante, hacia otro lugar. Pero me quedé, derrumbé el muro, y me derrumbé con él.
Siento cómo cae la lluvia encima del cuchillo que me clavaron en el corazón. (¿Lluvia, lágrimas? Qué más da, si es simplemente lo mismo.)
Todo está muy oscuro, pero esos relámpagos iluminan la noche junto a la lluvia, y puedo ver cómo mi cuerpo está bañado en sangre.
Y me quedaré aquí tumbada, rota y vacía hasta que mi alma sea encontrada y traída de vuelta. O que ella misma vuelva, o... que sea lo que Dios quiera.